Masajes para dormir bien
El estrés, los hábitos de vida, los problemas laborales, el estado de ánimo… hay multitud de elementos de nuestra vida diaria que puedan afectar a nuestro descanso e impedirnos dormir bien. Según un estudio de la Sociedad Española de Neurología, al menos el 20% de la población adulta española tiene dificultades para conciliar o para mantener el sueño, aunque este porcentaje puede llegar a alcanzar el 48%. Afortunadamente, la mayoría de estos problemas son de carácter leve, de forma que podemos utilizar métodos naturales como masajes para dormir bien sin necesidad de recurrir a somníferos o medicamentos.
Existen tres indicadores que determinan cuándo disfrutamos de un sueño de calidad: su duración, su continuidad y su profundidad. Es decir, que la fórmula perfecta para un buen descanso pasa por haber dormido el tiempo suficiente para sentirnos relajados al día siguiente; por haber completado ciclos de sueño sin interrupciones, y por haber disfrutado de un sueño lo suficientemente profundo como para que tenga un efecto reparador.
Pero además de verificar la calidad de nuestro sueño, es muy importante saber cómo podemos estimularlo cuando nos vamos a la cama. Y aquí es donde, además de elegir un colchón y una almohada que se ajusten a tus necesidades, los masajes para dormir bien juegan un papel fundamental. Se trata de masajes muy simples, que carecen de contraindicaciones y que se pueden aplicar a personas de cualquier edad, con solo un poco de aceite aromatizado.
Masaje facial
Aunque este tipo de masaje lo podemos hacer nosotros mismos, siempre es más agradable contar con la colaboración de otra persona. Cuando te hayas acostado y estés con los ojos cerrados, pasa la palma de la mano sobre la frente desde el interior hacia afuera ejerciendo una leve presión. Además, puedes frotar las sienes y varias zonas de la frente con el dedo índice a través de movimientos circulares. Y por último, dibuja con el índice una línea recta desde la base del cabello hasta el comienzo de la nariz con una suave presión. Este masaje te ayudará a combatir el estrés y a aumentar la relajación al final del día.
Masaje de pies
La reflexología podal es una técnica que se emplea para mejorar la relajación y estimular el sueño, entre otras muchas cosas. Para realizar un buen masaje de pies debemos ejercer una presión constante y con movimientos circulares con los dedos pulgares en el sentido de las agujas del reloj. En primer lugar hay que masajear la planta del pie, desde los dedos hasta el talón sin olvidar los laterales; continuar con el empeine y el talón, y terminar manipulando la base de los dedos hasta su extremo. Estos masajes estimularán la circulación sanguínea y contribuirán a la relajación.
Espalda, cuello y hombros
Aunque este masaje pueda resultar complicado y que resulte más conveniente dejarlo para los profesionales, existen algunos movimientos que ejercen un efecto relajante y contribuyen a aliviar algunas tensiones acumuladas sin ningún riesgo. Uno de ellos consiste en relajar los hombros para después cruzar los brazos y colocar la mano derecha sobre el hombro izquierdo y la mano izquierda en el hombro derecho. Con solo utilizar las yemas de los dedos puedes presionar la parte superior de la espalda y de los hombros durante el mayor tiempo posible. De esta forma conseguirás aliviar la tensión de los músculos y sentirás una agradable sensación de alivio. Si tienes la ayuda de otra persona, puedes colocarte detrás de ella y colocar tus manos sobre sus hombros para, a continuación, dibujar movimientos circulares con tus pulgares. Estas rotaciones, realizadas con firmeza, te ayudarán a relajar toda el área y a sentir un notable alivio.
Si combinas estos masajes con la solución más adecuada para tu descanso podrás disfrutar de un sueño reparador y afrontar cada día con más energía y un estado de ánimo mejor.