Remedios naturales para dormir
Todo el mundo atraviesa a lo largo de su vida situaciones complicadas desde el punto de vista emocional y profesional. Y más allá de los disgustos y los cambios de estado de ánimo que provocan, estas situaciones suelen llevar aparejada una consecuencia que afecta directamente a nuestro descanso: las temidas dificultades para conciliar el sueño y dormir bien. Para contrarrestar estas situaciones la mayoría de las veces no es necesario acudir al médico para que nos recete medicamentos: existen otras opciones como técnicas de relajación, plantas, hábitos de sueño y una dieta apropiada que actúan como “pastillas” para dormir naturales que te pueden ayudar a mejorar tu descanso de una forma más sencilla.
A pesar de que los trastornos del sueño graves son un problema serio que afecta a cerca del 10% de la población adulta y que requieren tratamiento médico, según datos de la Sociedad Española de Neurología, la mayoría de los episodios de insomnio que sufrimos son leves y los superamos cuando mejoran nuestras circunstancias personales. Para estos momentos puntuales existen soluciones naturales totalmente inocuas que ejercen un efecto relajante y no tienen ninguno de los efectos secundarios que suelen provocar los medicamentos. Es verdad que los somníferos recetados por especialistas médicos son una terapia muy efectiva para combatir muchos trastornos del sueño, especialmente los más graves, pero los propios profesionales no suelen prolongar estos tratamientos en el tiempo por sus efectos secundarios.
Efectos secundarios de los somníferos
Este tipo de medicamentos sumen al paciente en un profundo sueño de forma inmediata pero su descanso no suele ser tan reparador como el que aporta el sueño conciliado de forma natural. Los tratamientos con somníferos pueden interrumpir la secreción de melatonina, la hormona del sueño, y algunos de ellos, como los preparados a base de benzodiacepinas, actúan directamente sobre las terminaciones nerviosas y los músculos, y tienen otros efectos como aturdimiento diurno, aumento del riesgo de caídas, y, en muchos casos, una adicción difícil de controlar. Además, la mayoría de estos fármacos causan somnolencia y están contraindicados para personas que tienen que conducir o que utilizan maquinaria peligrosa en su trabajo diario.
Plantas y aceites, una alternativa
La alternativa a estos medicamentos la podemos encontrar en la propia naturaleza, en plantas que ejercen un efecto relajante y ayudan a dormir. Desde la manzanilla hasta la lima, pasando por el árbol de cal, la valeriana o la pasiflora, entre muchas otras, cuentan con extractos naturales que actúan sobre el cerebro y estimulan el sueño. Todas estas plantas, tomadas en infusión antes de acostarnos, nos ayudan a relajarnos y a aparcar los conflictos cotidianos para ayudarnos a caer en brazos de Morfeo.
Junto a estas plantas y hierbas están los aceites esenciales, que crean un ambiente apropiado para el descanso en nuestro dormitorio con solo verter unas gotas sobre la almohada o humedecer nuestras muñecas a la hora de acostarnos.
Y cuando es el estrés el que nos impide descansar, podemos combinar estas infusiones y aceites con técnicas de relajación que nos ayuden a dejar fuera del dormitorio los asuntos que nos preocupan y a conciliar un sueño reparador. De hecho, la forma en que actúan los diferentes métodos de relajación sobre nuestro cerebro suelen ser uno de los somníferos más efectivos.
El método 4-7-8
Ésta es una de las técnicas de relajación más conocidas y eficaces, y se puede practicar en cualquier lugar y ante cualquier situación de estrés o ansiedad. Este método fue ideado por el profesor de la Universidad de Harvard Andrew Weil, y se inspira en el Yoga Pranayama, que regula los ejercicios respiratorios del yoga que conducen a la concentración y al control del prana, la energía contenida en la respiración dentro del organismo. Se trata de una técnica de respiración que contribuye a relajar el sistema nervioso y a reducir la tensión corporal, y que nos ayuda a dormirnos en pocos minutos.
Para aplicarla debes estar sobre la cama y seguir estos pasos. En primer lugar, debes presionar con la punta de la lengua la parte superior de los dientes delanteros y mantener esa presión durante los ciclos de respiración. A continuación, respira profundamente por la nariz durante 4 segundos. Después, contén la respiración durante otros 7 segundos controlando el diafragma y, por último, suelta el aire lentamente por la boca durante 8 segundos más. Debes repetir este ejercicio las veces que sea necesario, aunque no suele ser necesario hacerlo más de 10 veces. Es posible que sientas cierto mareo al comenzar a usar este método, pero la sensación desaparecerá con el tiempo.
Un método similar consiste en respirar profundamente inflando el estómago durante tres o cuatro segundos; bloquear la respiración durante unos segundos más, exhalar a continuación durante otros seis segundos.
El mejor somnífero, la dieta
Resulta muy interesante combinar estas técnicas con una dieta pensada para mejorar la digestión y el descanso. Los alimentos y bebidas que ingerimos a diario son algunos de los elementos que más condicionan nuestra vida cotidiana y ejercen un impacto directo sobre nuestro sueño. El consumo de alimentos grasos y de comidas pesadas por la noche dificulta el descanso y, en sentido opuesto, una dieta a base de alimentos ricos en triptófano y libre de grasas favorece el sueño, especialmente dos o tres horas antes de acostarnos.
Determinadas verduras como calabaza; carnes blancas como el conejo o el pollo, el pescado blanco a la plancha, la pasta… son alimentos muy saludables de digestión sencilla que facilitan el sueño, al igual que hace la mayoría de las frutas como el plátano, que además aporta magnesio, y el kiwi, que es rico en serotonina. Los dátiles también son ricos en aminoácidos, minerales y vitaminas del grupo B, necesarias para la relajación y buen funcionamiento del sistema nervioso, y ayudan a calmar el estrés. Por el contrario, hay frutas como el melón o los cítricos que, a pesar de ser muy saludables, pueden resultar algo indigestos por la noche.
Y para poner la guinda a tu descanso, combina todas estas “pastillas” para dormir naturales con una ropa de cama adecuada y un buen colchón, y te olvidarás de los somníferos a la hora de recargar energías cada día.